viernes, febrero 17, 2012

Nunca digas de esa agua no beberé

Hasta hace unas semanas cuando me encontraba con amigos o conocidos que por alguna razón se habían ido a vivir al DF yo les preguntaba abiertamente (si había confianza) o pensaba para mis adentros (si no había tanta) ¿Cómo puedes vivir allá? ¡Yo nunca podría hacerlo!
Mis motivos eran claros: La ciudad enajena e impide que cualquiera pueda tener mediana calidad de vida; los trayectos son increíblemente largos, no tanto en distancia sino en tiempo y pierdes horas y horas y horas atascado en el tráfico.
Sin embargo, es una ciudad que me intriga y fascina y me parece la más surrealista del mundo. Tampoco es que conozca muchas ciudades del mundo, pues, pero a mi así me lo parece.
Hasta hace unas semanas yo estaba feliz en mi confort de tener un trabajo estable, un departamento con montón de problemas pero que está bien ubicado, un novio al que adoro y buenos amigos.
Pero siempre he buscado el desarrollo profesional y alguna vez se lo dije a mi jefa. Hace unas semanas me dieron la noticia de que el pez por la boca muere: o sease que me hicieron caso.
Y me ofrecieron un muy buen crecimiento laboral y económico, trabajando en otras áreas y colaborando con grupos diferentes de gente. El puesto es en la Ciudad de México.
No voy a decir que di mi respuesta sin pensarlo porque la verdad es que tuve que pensarlo más de dos veces, pero al final dije que sí. Mexicalpán de las Garnachas. Híjole, como dice el refrán, nunca digas de esa agua no beberé. Me muero de miedo pero también de emoción, tengo nervios mezclados con ansias de ya estar allá, estoy sumamente contenta pero también ya empiezo a pensar con nostalgia (tan ricos los tacos de pastor de la esquina y va a pasar un rato antes de volverlos a probar)
Tengo que estar allá la primera semana de abril, así que tengo lo que resta de febrero y todo marzo para hacerme a la idea, empacar mis cosas personales y deshacerme de muebles y enseres y recuerdos. Cual Diógenes: Me voy a empezar de cero, ya iré adquiriendo cosas poco a poco.
Además de cosas iré adquiriendo la virtud de la "adaptabilidad" ¿Será que lo consiga?
Ya lo veremos.

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